Dios, que es Padre bueno, mandó a un profeta llamado Jonás a la ciudad de Nínive para decirles que fueran buenos. Jonás, al principio, no quiso obedecer a Dios y se subió a un barco para huir. Hubo una tormenta tremenda y Jonás se dio cuenta de que era por su culpa. Dios le estaba avisando para que hiciera lo que le había dicho. Jonás dijo a los marineros: «Tiradme al mar y os salvaréis todos».
Jonás dentro de la ballena Jonás dentro de la ballena
Cuando cayó al mar, una ballena se tragó a Jonás. Estuvo dentro de ella tres días y tres noches. Jonás pidió perdón a Dios y Éste le perdonó, mandando a la ballena que le dejara en una playa cerca de la ciudad de Nínive. Jonás habló con los hombres que vivían allí para que pidieran perdón a Dios. Cuando lo hicieron, Dios les perdonó.
«Qué alegría cuánto te pido perdón y me perdonas»
