Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad le preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino:
¿Cómo es la gente de esta ciudad?
¿Cómo era la gente del lugar de donde vienes? – Le inquirió ella a su vez.
Terrible – Respondió el viajero. – Mezquina. No se puede confiar en ella. Detestable en todo los sentidos.
– ¡Ah!- , Exclamó la mujer. – Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges -.
Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana. De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de donde provenía.
-Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir”- Declaró el segundo viajero.
La sabia mujer le respondió: – Lo mismo hallarás en la Ciudad adonde te diriges.
En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como somos…